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La enfermedad fue descrita por primera vez en las aves de corral
en 1926 en la ciudad de Newcasde, en Inglaterra; de ahí que se
le llame "enfermedad de Newcastle".
Esta enfermedad está causada por un virus, un Paramixovirus. Es
muy contagiosa ymuy grave. Afecta principalmente a la gallina,
pero también a otras espec¡es de aves como puede ser la
paloma, en cuyo caso nos encontramos con un problema
internacional preocupante (2, 21, 22) ~.
En efecto, en 1981 aparece una epidemia en la paloma mensajera
en los países mediterráneos : Malta, España, Italla, Portugal
(20). En 1983 la enfermedad se extiende por Holanda, Bélgica,
Alemania, Inglaterra yjapón (2,3,5, 10, 12, 14, 16, 17, 20,
21). Se la denomina entonces la "paramixovirosis de la
paloma".
Para simplificar, diremos que un microbio es o una bacteria o un
virus. Citemos, a modo de ejemplo, la paratifosis que es debida
a una bacteria y la paramixovirosis que es debida a un virus.
Los virus son mucho más pequeños que las bacterias. Las
bacterias son visibles al microscopio ordinario (ampliación x
1.000), los virus solamente son visibles al microscopio electrónico
(ampliación x 100.000).
La estructura muy sencilla de los virus les obliga a
reproducirse únicamente en una célula en la que han penetrado.
Las bacterias pueden reproducirse por si mismas ya que éstas
poseen dos ácidos nucleicos (el ARN y el ADN). Los virus
solamente poseen un ácido
nucleico (o el ARN o el ADN). Son pues incapaces de reproducirse
por sí mismos. Para poder reproducirse tienen que servirse de
ciertos elementos de la célula en la que van a penetrar. La
multiplicación del virus en una célula puede provocar la
muerte de esa célula. El virus es entonces patógeno y provoca
una enfermedad.
Ciertos virus sólo pueden infectar las células del hombre,
otros únicamente las células de los mamíferos, otros las células
de las aves... Además, ciertos virus prefieren multíplícarse
en las células del intestino: son viscerotropos; otros en las células
del sistema respiratorio: son neumotropos; otros en las células
del sistema nervioso: son neurotropos.
EL PARAMIXOVIRUS DE LA PALOMA
El virus responsable de la paramixovirosis de la paloma
pertenece, claro está, al grupo de los Paramixovirus, familia
de los Paramixoviridae (20, 21).
Existen también ciertos Paramixoviridae del hombre (por ejemplo
el sarampión, las paperas), ciertos Paramixoviridae de los mamíferos
(por ejemplo la enfermedad de los perros pequeños) y ciertos
Paramixoviridae de las aves (por ejemplo la enfermedad de
Newcastle).
Los Paramixovírus de las aves están clasificados en varios
tipos (1). El virus de la enfermedad de Newcastle representa el
tipo 1: paramixovirus aviar tipo 1 o PMVI (en abreviatura) (1).
El paramixovírus responsable de la epidemia actual de la paloma
pertenece a este gruPO. Se trata de un PMV1 (20, 21).
En 1983, varios autores pensaron y publicaron en la prensa que
la epidemia de paramíxovirosís, la cual hacía estra
gos en la paloma desde 1981, era debida a un virus que pertenecía
al tipo 3 (PMV3). En realidad, nosotros hemos demostrado(15, 16,
1Y, 19,20,21,22) que todas las cepas de paramíxovirus aisladas
en la paloma en Europa desde 1971 son cepas de PMV1.
Sin embargo, utilizando técnicas de laboratorio muy precisas,
se ha podido llegar a la conclusión de que existen ligeras
diferencias entre las cepas actua
les de PMV 1 aisladas en la paloma y las cepas clásicas de PMV1
o virus de la enfermedad de Newcastle (2, 4). El poder patógeno
del PMV1.
El poder patógeno (-- que da origen a la enfermedad) de las
cepas del PMV1 es muy variado. Basá~donos en diferentes pruebas
de laboratorio podemos clasificar las cepas según su poder patógeno
en
Las cepas mesógenas y velógenas son patógenas, es decir,
provocan la enfermedad. Algunas son neumotropas (el virus
prefiere multíplícarse en las células del sistema
respiratorio) y/o víscerotropas (el virus prefí~re multíplícarse
en las células del sistema digestivo) y/o neurotropas (el virus
prefiere multíplícarse en las células del sistema nervioso).
Las cepas lentógenas son muy poco patógenas: la infección
pasa generalmente desapercibida. Esas cepas son utilizadas como
vacuna. La cepa La Sota es una cepa lentógena clásica de PMV1.
El PMV1 responsable de la epidemia de la paloma es esencialmente
víscerotropo y neurotropo. Por consiguiente, provoca
principalmente diarreas y trastornos nerviosos. Según los
criterios definidos más arriba, está clasificado como mesógeno
(21).
RELATO HISTORICO DE LA PARAMIXOWROSIS EN LA PALOMA ___________
Hasta 1971 no se había observado ningún caso de infección
natural por el PMVI en la paloma mensajera. De 1971 a 1973, una
terrible epizootia de enfermedad de Newcastle díezmó la
avicultura de todos los países de Europa. Fue en esta época
cuando aparecieron los primeros casos de infección natural en
la paloma mensajera en Holanda, Inglaterra, Bélgica y Alemania
(6,11, 13, 19). Las palomas padecían trastornos respiratorios,
digestivos y nerviosos. Habían sido contaminadas por contacto
directo con aves de corral y las cepas de virus aisladas eran
cepas velógenas clásicas de PMV1 o virus de la enfermedad de
Newcastle (9, 19). En 1980 fueron aisladas algunas cepas lentógenas
clásicas de PMV1 en palomas que padecían únicamente
trastornos respiratorios y que no conseguían buenos resultados
deportivos (22). Las encuestas realizadas en esa época
mostraron que el 7 de las palomas mensajeras belgas y el 19 de
las palomas mensajeras francesas habían sido infectadas por el
virus pero sin presentar la enfermedad clínica
(7,15).
En 1981 aparecieron en las palomas mensajeras del norte de
Italia, ciertas formas graves de la enfermedad de Newcastle
(20). El virus aislado fue caracterizado como una cepa mesógena
de PMV1 (21). En 1983 la enfermedad alcanzó nuestras regiones y
se extendió por Holanda, Bélgica, Francia, Alemaníaeínglaterra(2,3,5,
10,12,14,16, 17,20). Todas las cepas de virus aisladas en estos
paises fueron de PMVI; además eran idénticas entre si y gene-
ralmente mesógenas (2, 5, 21). Sin embargo, se pueden observar
ciertas diferencias entre estas cepas y las cepas clásicas del
virus de la enfermedad de Newcastle si se utilizan ciertas técnicas
sofisticadas de laboratorio
(2, 4).
¿ Qué podemos dedudr de la evolución de esta enfermedad?
Si es verdad que de 1973 a 1983 esta enfermedad desapareció de
nuestras regiones, el virus, por el contrarío, permaneció:
ciertas cepas lentógenas de PMV1 persistieron e infectaron las
aves de corral y las palomas, pero la enfermedad pasó
desapercibida (8, 22).
La desaparición de la enfermedad no corresponde con la
desaparición del virus, sino con la desaparición de las cepas
patógenas.
La reaparición de la enfermedad no corresponde con la reaparición
del virus sino con la reaparición de las cepas patógenas (mesógenas
o velógenas).
En conclusión, es posible que la enfermedad de Newcastle sea al
principio una infección viral benigna de la gallina (infección
lentógena). Ciertas modificaciones en la población de las aves
de corral han quizás podido permitir la selección del virus de
mayor virulencia (cepas mesógenas o velógenas) y, por
consiguiente, de un poder patógeno que se extiende a un mayor número
de especies de aves (la paloma en este caso).
ESQUEMA CLASICO DE LA INFECCION EN LA PALOMA
Cuando una paloma se pone en contacto con el PMV1, el virus se
multiplica primeramente por las puertas de entrada del
organismo, es decir, los ojos, la nariz y la boca. A partir del
segundo o tercer día, la paloma comienza pues a eliminar virus
hacía el exterior a través de las secreciones del ojo, de la
nariz y de la boca.
Los síntomas respiratorios y oculares (conjuntivitis) aparecen
cuando se ha destruido un número suficiente de células,
generalmente a partir del quinto o sexto día (período de
incubación).
A continuación, el virus se propaga de célula a célula y es
diseminado por vía sanguínea. Se multiplica por el tubo
digestivo y aparecen seguidamente los síntomas digestivos
(diarrea). Por consiguiente, la paloma puede ya eliminar el
virus por los excrementos a partir del cuarto día que sigue a
la infección.
El virus diseminado por vía sanguínea puede llegar al cerebro
y extenderse por él mismo. Es entonces cuando aparecen los síntomas
nerviosos típicos.
Este es el esquema clásico. Recordemos que el virus responsable
de la epidemia actual es neurotropo y víscerotroPO, pero poco
neumotropo. Los síntomas respiratorios pasan pues muchas veces
desapercibidos.
Aspectos clínicos de la enfermedad
El periodo de incubación, es decir, el intervalo de tiempo que
transcurre entre el momento en que la paloma es infectada por el
virus y el momento en que aparecen los primeros síntomas, es
muy variable: puede variar de unos días a varías semanas.
En el esquema clínico clásico aparecen primeramente los síntomas
digestivos y a continuación los síntomas nerviosos. En la
forma actual de la enfermedad, los síntomas respiratorios y
oculares son prácticamente inexistentes. En cambio, los
trastornos digestivos son muy importantes y se manifiestan por
una diarrea acuosa o hemorrágica según la importancia de la
destrucción de las células del intestino.
Los trastornos nerviosos son muy
característicos:
- temblores de cabeza;
- tortícolis: cabeza invertida;
- parálisis: de un ala, de las dos (la paloma no puede subir a
su nido) y/o de las patas;
- trastornos de equilibrio: paso titubeante, tendencia a caerse
hacía atrás o hacia un lado;
- trastornos de la vista: las palomas pican al lado de los
granos, es decir, que no tienen perspectiva.
Se pueden dar ciertas formas menos típicas de la enfermedad: la
aparición repentina de trastornos nerviosos sin diarrea previa
o la aparición de diarrea sin síntomas nerviosos. Esto puede
suceder cuando las palomas han sido vacunadas hace mucho tiempo.
En ese caso, su grado de resistencia (inmunidad) se ha ido
atenuando con el paso del tiempo y se ha hecho demasiado débil
para impedir que el virus se muítíplique por el intestino. No
obstante, tiene todavía resistencia suficiente para impedir su
transmisión por la sangre y el cerebro.
La morbosidad (es decir, el porcentaje de animales enfermos)
varia del 30 al
70 . Sin embargo, el indice de mortalidad es bajo y no sobrepasa
el 10 . Este porcentaje puede evolucionar en el futuro,
retroceder o aumentar según el poder patógeno del virus (véanse
los párrafos precedentes).
En la enfermedad reproducida experimentalmente en el laboratorio
la mortalidad es más elevada, lo que se explica por el hecho de
que cada animal está inoculado mediante una dosis muy elevada
de virus y que no se aplica ningún tratamiento ni cuidado a las
palomas enfermas.
Receptividad en el hombre
El hombre responde a la infección por una conjuntivitis. Por
eso, el colombófilo, en el momento de manipular los animales
enfermos o la vacuna viva, tiene que evitar el líevarse los
dedos a los ojos o el recibir proyecciones en el ojo.
Distribución de la enfermedad
Que sepamos, la enfermedad existe en los países mediterráneos,
en Bélgica, Holanda, Francia, Alemania, Inglaterra y Japón.
Transmisión de la infección
Las vías naturales de entrada del virus en el organismo son el
ojo, la nariz y la boca.
La infección se transmite esencialmente por contagio directo
(en concursos y exposiciones) a partir de las secreciones y
excreciones de las palomas enfermas.
El hombre (manos, botas, gorra, mono de trabajo...) y los
objetos contaminados (cestas, camiones, vagones...) son también
importantes conductores mecánicos (contagio indirecto).
Es importante señalar que, en la naturaleza, el PMV1 tiene una
buena resistencia al calor, a la luz y a la humedad. El virus se
puede transmitir por el aire bajo forma de polvo virulento; el
viento puede arrastrar dicho polvo hasta dístancias
considerables.
Eliminación del virus por las palomas enfermas
Las palomas pueden eliminar el virus
a través de las secreciones del ojo, de
la nariz y de la boca a partir del segundo
o tercer día de infección y por medio de
los excrementos a partir del cuarto día.
Las palomas pueden pues eliminar el virus antes de la aparición
de los primeros síntomas.
En la paloma infectada el virus permanece como máximo 4 semanas
en los órganos respiratorios, 3 semanas en el intestino y 5
semanas en el cerebro
(19).
Una vez transcurridas 6 semanas de enfermedad, las palomas ya no
son portadoras del virus y por consiguiente, ya no pueden
transmitir la infección.
Diagnóstico
Sí un colombófilo sospecha que sus palomas padecen la paramíxovírosís,
le aconsejamos se ponga en contacto con un veterinario, quien
podrá sacar sangre a 2 o 3 palomas enfermas y enviarnos las
muestras para confirmar el diagnóstico.
Pronóstico
Los colombófilos tienen tendencia a eliminar sus palomas
enfermas cuando se declara la paramíxovírosis en sus
palomares. ¡¡Es un error, sobre todo sí hay sujetos de
valor!!
La mayor parte de las palomas que padecen trastornos nerviosos,
aunque
sean muy acusados, se van a curar después de una convalecencia
de 2 a 3 meses, con la condición de que puedan alímentarse y
beber. En caso de necesidad, el colombófilo tendrá que
alimentar dichas palomas artificialmente con granos mojados y dándoles
agua con un cuentagotas tres veces por día.
Esas palomas, una vez curadas, van a conservar intacto su
sentido de orientación y van a recuperar completamente sus
capacidades deportivas. Conocemos personalmente varios colombófilos
que en 1984 obtuvieron muchos premios con palomas que a finales
de 1983 habían presentado trastornos nerviosos
graves y que se mantuvieron en vida gracias a sus cuidados
diarios.
Así mismo, las palomas que han sobrevivido a la paramíxovirosís
pueden ser dedicadas a la reproducción; sus cualidades de
genitores no habrán sido alteradas y sus productos no serán en
nada inferiores.
Las palomas que padezcan enteritis presentarán una fuerte
diarrea. Para compensar la deshidratación, beberán 4 a 5 veces
la cantidad normal de agua. La función digestiva se verá
fuertemente perturbada y la asimilación de materias nutritivas
será reducida. El conjunto de esos fenómenos podrá ocasionar
trastornos graves en la muda:
una o varías remeras podrán sufrir malformaciones (astil frágil,
barbas malformadas).
La mucosa intestinal podrá sufrir lesiones irreversibles y las
palomas tendrán perturbada la función digestiva y por
consiguiente su rendimiento deportivo será deficiente.
Tratamiento
No existe ningún tratamiento especifico ya que los virus no son
sensibles a los antibióticos antíbacteríanos.
Los tratamientos que se pueden recomendar no tienen como
finalidad la curación de la paloma; únicamente podrán
ayudarles a superar la enfermedad guardando un mínimo de
secuelas posibles.
La gravedad de la enfermedad dependerá del estado sanitario de
la colonia y de la presencia de otras enfermedades en el
palomar: trícomoniasís, coccidiosís, vermínosís... El
colombófilo que desee salvar sus palomas tendrá que
presentarlas a un médico veterinario
quien las examinará y tratará con el fin de ayudarles a
superar la infección viral.
Las palomas con diarrea tendrán que ser rehídratadas admínístrándoles
electrólitos en el agua. Habrá que darles un suplemento de
vitaminas (A, B o C según el cuadro clínico) y de ácidos
aminados esenciales.
Nunca nos cansaremos de repetir que la elección de los
medicamentos y su dosificación es cosa de la Medicina
veterinaria. No existe ningún tratamiento milagro para cada
enfermedad.
Cada palomar aquejado de paramixo
virosis es un caso particular que debe ser examinado y tratado
individualmente.
Deseamos avisar a los colombófilos que atiborran empíricamente
sus palomas de medicamentos. En lugar de curarlas, intensifican
las lesiones del tubo digestivo, del hígado y de los riñones y
agravan la evolución de la enfermedad.
Medidas hi~iénicas para evitar la enfermedad
Recordemos que la infección se transmite esencialmente por
contagio directo entre palomas o por contagio indirect~ por
intermedio del hombre.
En una región infectada, el colombófilo deberá evitar a toda
costa la participación en concursos y exposiciones sí sus
palomas no han sido vacunadas por
lo menos 15 días antes.
El colombófilo deberá prohibir igualmente toda visita a sus
palomares y dejarse de introducir en los mismos nuevos sujetos
(palomas compradas o prestadas para la reproducción) salvo sí
sus palomas han sido vacunadas por lo menos 2 semanas antes.
Si se declara la enfermedad en su colonia, el colombófilo deberá
inmediatamente colocar las palomas enfermas en un palomar
aparte. Todos los días comenzará ocupándose de las palomas
sanas para terminar por el palomar de las enfermas.
Tendrá que lavarse las manos, cambiarse de botas y mono para
pasar de un palomar a otro.
¡ ¡ Estas medidas son fastidiosas, pero primordiales!!
¡¡PREVENGAMOS LA ENFERMEDAD MEDIANTE
LA VACUNACION!!
¡¡LA vACUNACION, EL UNICO MEDIO DE EViTAR LA ENFERMEDAD!!
Se pueden utillzar dos tipos de vacuna:
1. Una vacuna viva que contiene virus vivo: la cepa La Sota;
2. Una vacuna inactivada que contiene virus muerto y un
aditamento.
LA VACUNA ViVA
(cepa La Sota)
Cuando vacunamos un animal con una vacuna viva, en realidad, lo
que hacemos es infectar ese animal con una cepa de virus
atenuado o poco patógeno de la enfermedad. En el caso
particular de la paramixovírosís, el virus vaccíneo es una
cepa lentógena de virus de la enfermedad de Newcastle: la cepa
La Sota. El virus va a multiplícarse por las células en los
lugares donde es inoculado, es decir, en la conjuntiva, la nariz
y la boca. El organismo va a reaccionar rápidamente a esta
agresión y va a poner en funcionamiento sus mecanismos de
defensa inmunitarios locales, inmunidad local que es ya activa a
partir del cuarto o quinto día.
Después, según la ímportamcía de la multiplicación y de la
diseminación del virus por el organismo, la paloma va a
producir anticuerpos sanguíneos antívírus (-- inmunidad
general, presente después de 10 a 15 días).
La cepa La Sota estimula pues principal-
mente la inmunidad local y escasamente la inmunidad general.
Señalemos que la cepa La Sota es una cepa PMV1 clásica y que,
por consiguiente, se multiplica pear en las células de la
paloma que en las células del pollo o la gallina. Por eso, para
obtener una buena protección, hay que administrar a la paloma
una cantidad 5 veces superior a la prevista para el pollo o la
gallina.
LA VACUNA INACTIVADA
La vacuna inactivada contiene virus muerto y un aditamento.
Tiene que ser administrada por inyección.
Cuando se inyecta una vacuna inactivada, inyectamos virus
muerto. El organismo va a reaccionar ante la presencia de esas
substancias extrañas y va a formar anticuerpos contra dichas
substancias a partir de los 10 a los 14 días, es decir,
anticuerpos antívirus (imunídad general: anticuerpos que
circulan en la sangre).
Una vacuna inactivada estímula pues principalmente la inmunidad
general y escasamente la inmunidad local.
La función del aditamento consiste en intensificar la respuesta
inmunitaría llamando a células inflamatorias en el lugar de la
inyección. Por esta razón y para evitar ciertas lesiones
graves en los músculos pectorales, la utilización de una
vacuna inactivada por inyección intramuscular no es aconsejable
para la paloma de deporte. ¡El único camino a seguir será
pues la utilización de la inyección subcutánea!
Ventajas e inconvenientes de los dos tipos de vacunación
La vacuna inactivada contiene virus muerto; su utilización no
es pues peligrosa bajo el punto de vista epízootiológíco
(transmisión de la infección). Pero el aditamento aceitoso es
soportado mal por la paloma (18). La inyección subcutánea es
dolorosa; una paloma de cada mil puede morir del choque y este
porcentaje puede aumentar con la segunda
vacunación; se puede formar un gránulo que puede comprimir el
esófago o la tráquea (17). Finalmente, el stress de la
vacunación puede reactivar el virus herpes responsable de la
coriza de la cual la mayoría de las palorñas son portadoras
latentes (15, 17).
Sí la vacuna inactivada es inyectada en el músculo pectoral,
provoca la destrucción de fibras musculares en el lugar de la
inyección y, por consiguiente, lesiones graves (18).
La vacunación por medio de la cepa La Sota ofrece una protección
rápida (después de 4 a 5 días). Pero la cepa La Sota es una
cepa lentógena de virus de la enfermedad de Newcastle y puede
conservar un poder patógeno potencial
(15, 22).
En efecto, recordemos que vacunar una paloma con la cepa La Sota
corresponde en realidad a inyectar a esa paloma una cepa muy
poco patógena de PMV1.
Además, la vacunación por medio de la cepa La Sota no es tan fácil
como podría parecer a primera vista; una vez preparada, la
vacuna tiene que ser utilizada en un lapso de tiempo no superior
a las dos horas y el protocolo de vacunación debe ser respetado
escrupulosamente. Las palomas deben ser vacunadas por medio de
gotas nasales y oculares. La administración de la vacuna en el
agua de bebida da resultados aleatorios. Este modo de vacunación
es colectivo y no podemos estar seguros de que cada paloma haya
recibido la cantidad suficiente de virus.
Condusión
En nuestra opinión, la vacunación con virus vivo no está
adaptada a las necesidades de la colombofilia.
La utilización de la vacuna viva debería ser abandonada rápidamente
en provecho de otro modo de vacunación especialmente estudiado
que satísfaciera
mejor las exigencias del deporte colombófilo.
Es preferible utilizar una vacuna inactivada que una vacuna
viva, ya que la utilización de la primera no constituye ningún
peligro bajo el punto de vista epízootíológico.
Por último, aconsejamos a los colombófilos hacer examinar las
palomas antes de la vacunación. Solamente las palomas en
perfecto estado de salud, es decir, indemnes de tricomonas, de
parásitos y de coriza podrán ser vacunadas sin peligro.
¡¡Cualidades que debería tener una buena vacuna inactivada!!
Una buena vacuna inactivada debe ser eficaz, es decir, debe
proteger la paloma durante al menos toda la temporada deportiva
(mínimo 6 meses) y ser bien tolerada, es decir, no producir
reacciones secundarias, ni trastornos en la muda, ni pérdida de
la forma.
Una buena vacuna inactivada debe poder inyectarse fácilmente y
sin dolor, no provocar choque alguno, ni la formación de un
gran gránulo, ni dar lugar a manifestaciones clinícas de
coriza o de sinusitis (reactivación del virus herpes).
Una buena vacuna inactivada debe generar la aparición de una
inmunidad local y general. En esas condiciones, sí una paloma
vacunada es infectada por el virus, la multiplicación de ese
virus en los lugares de entrada del animal, será impedida. La
paloma no manifestará ningún síntoma clínico y no constituirá
ningún peligro para las otras palomas ya que no eliminará el
virus en el medio exterior ni en las cestas de viaje.
Con la idea de alcanzar esos diferentes objetivos, hemos
trabajado durante
varios meses en colaboración con la industria farmacéutica (Duphar
B.V. miembro del grupo Solvay) para preparar una vacuna
inactivada contra la paramíxovírosís de la paloma (Colombovac®
PMV), (4, 18).
Hemos centrado todos nuestros esfuerzos en obtener una vacuna
que estimule la inmunidad local y general de la paloma y que al
mismo tiempo no produzca reacciones secundarias.
Esta vacuna (Colombovac® PMV) ha sido concebida y preparada con
los mismos cuidados y las mismas precauciones que una vacuna
destinada a la medicina humana con el fin de evitar todo
accidente postvaccineo.
Esta vacuna es inactiva, contiene un nuevo tipo de aditamento no
aceitoso y virus muerto extremadamente purificado. Se ínyecta
por vía subcutánea a nivel del cuello y no provoca ninguna
reacción secundaría.
Nuestros resultados muestran que tras una inyección (0,2 ml) de
esta vacuna, los anticuerpos persisten durante 1 año y las
palomas están protegidas de una grave infección después de 10
días y esto durante 12 meses (25). (véase el gráfico 1)
Cuando se inocula una dosis importante de virus muy patógeno a
palomas que han sido vacunadas de esa manera, se observa que el
100 de esos animales resisten a la infección sin la mínima
aparición de signos clínicos de la enfermedad (véase el gráfico
2).
Esas palomas no pueden pues ni transmitir la infección ni
diseminar el virus en el país.
Por el contrario, una dosis de 0,5 ml
o 0,2 ml de una vacuna inactivada a
emulsión aceitosa, no es suficiente para
asegurar altos niveles de anticuerpos y
su resistencia ante una infección grave es inferior a la de una
vacuna con emulsión aguosa (Colombovac ® PMV).
Una buena protección mediante una vacuna a emulsión aceitosa
requiere dos dosis administradas con 4 semanas de intervalo (23,
24, 25).
Recomendamos vacunar las palomas mensajeras con Colombovac®PMV
por lo menos 15 días antes de la primera competición. Los
pichones pueden ser vacunados después de la separación cuando
tienen 5 semanas de edad y a más tardar dos semanas antes de
los primeros entrenamientos.
Insistimos en el hecho de que son muchos los colombófilos que
consideran que la enfermedad solamente afecta a las palomas más
débiles. ¡ Eso es pura fantasía! ¡Ningún animal, por muy
fuerte que sea, se encuentra al abrigo de una infección viral!
Al contrarío, los campeones que
hayan realizado grandes esfuerzos en los concursos serán
vulnerables y merecerán ser vacunados.
CONCLUSION
En 1981, en un país mediterráneo (posiblemente en Malta), una
cepa de Paramíxovirus 1 aviar presentó un tropismo particular
para la paloma. La enfermedad, denominada "Paramixovírosís
de la paloma", limitada inicial-mente a los países
mediterráneos, se extendió por Europa para llegar a nuestras
regiones en 1983.
La paramixovírosís de la paloma existe ahora e, igual que en
el caso de la enfermedad de Newcastle en las aves de corral, el
virus no desaparecerá nunca aunque la enfermedad parezca
desaparecer durante algunos meses o algunos años.
Acaba pues de nacer una nueva enfer
medad de la paloma que podemos estar seguros no se ha de
extinguir tan pronto.
Todos los colombófilos deben permanecer vigilantes aunque
durante el
invierno esos temores se vean un poco
atenuados. Igual que en 1983, 1984,
1985,1986 y 1987, el verano de 1988
ó 1994 verá estallar de nuevo la enfer
medad. Aconsejamos firmemente a todos los colombófilos el
vacunar sus palomas todos los años en el mes de marzo, 3
semanas antes del inicio de los concursos.
Somos partidarios de medios preventivos enérgicos y creemos
que, como en Alemania, la vacunación por medio de la vacuna
inactivada debería ser obligatoria.
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